Se venia la primera a la cancha
Pero un aguerrido 15 cedrense se plantó en la cancha dispuesto a darle batalla a puro corazón y garra.
Fue así que sin jogo bonito, pero con mucha entrega, el local se encontró con un partido muy parejo pero que no era imposible ganar. Ya en la segunda etapa, con un marcador muy cerrado, y cuando el partido estaba para cualquiera de los dos, el crack, Mariano Livachoff (con doble F, ojo!) se la jugó y tiró un drop desde casi mitad de cancha. Pareció que el recorrido de la pelota no terminaba más, la gente en silencio, las miradas fijas en la pelota que dibujaba una parábola interminable… hasta que la pelota cayó, pegó en el travesaño de las haches, y se metió en el ingoal… Explosión de gritos en la platea local. El partido estaba al alcance de las manos.
Llegó el final del encuentro, y los 15 gladiadores cedrenses, que nunca bajaron los brazos, se llevaron una gran victoria para levantar en lo anímico, para sumar confianza, y para encarar las 4 finales que nos quedan.
Cuatro finales, difíciles, pero no imposibles…
Pero un aguerrido 15 cedrense se plantó en la cancha dispuesto a darle batalla a puro corazón y garra.
Fue así que sin jogo bonito, pero con mucha entrega, el local se encontró con un partido muy parejo pero que no era imposible ganar. Ya en la segunda etapa, con un marcador muy cerrado, y cuando el partido estaba para cualquiera de los dos, el crack, Mariano Livachoff (con doble F, ojo!) se la jugó y tiró un drop desde casi mitad de cancha. Pareció que el recorrido de la pelota no terminaba más, la gente en silencio, las miradas fijas en la pelota que dibujaba una parábola interminable… hasta que la pelota cayó, pegó en el travesaño de las haches, y se metió en el ingoal… Explosión de gritos en la platea local. El partido estaba al alcance de las manos.
Llegó el final del encuentro, y los 15 gladiadores cedrenses, que nunca bajaron los brazos, se llevaron una gran victoria para levantar en lo anímico, para sumar confianza, y para encarar las 4 finales que nos quedan.
Cuatro finales, difíciles, pero no imposibles…
Loe, Tora y Diego junto a sus campeones.
Triunfo y el abrazo del final La patada de Mickey tambien dijo presente.